viernes, 8 de marzo de 2013

¿POR QUÉ NO TE CALLAS?


En efecto (y perdón por el chiste fácil), hoy vamos a hablar de diálogos, quizás la cosa más difícil de crear si es que no tienes un don para ello.
Antes de decir nada más, voy a poner dos ejemplos (un tanto exageradillos) de diálogos que te puedes encontrar en novelas o relatos.
 
Ejemplo número 1, o diálogo hiperrealista (el basado en la vida real):
-Ola k aseee, perraaa!!
-Buah, tíooo!! Akí, tokándome la pera.
Ejemplo número 2, o diálogo purista (el que cree que imita el que se hablaba en aquella época pretérita):
-Buenos días nos dé Dios, señora mía. ¿A qué dedica el tiempo libre?
-Buenos días, en efecto, amable caballero. Aquí estoy, pobrecita de mí, tocándome este fruto de forma irregular y de color verde amarillento... (suspiro trémulo).
 
Vale, es una broma, pero seguro que alguna vez habéis visto algo similar: diálogos entre jóvenes que rechinan, escenas en novelas de época que hacen que vuestros ojos amenacen con saltarse de las órbitas o que tengáis que sujetaros las tripas para que no se os salgan en un ataque de risa...
A la hora de escribir diálogos, siempre y cuando no se trate de un texto humorístico, claro, lo que debe primar es la  naturalidad. Para comprobar si un diálogo funciona hay una prueba muy sencilla, leerlos en voz alta (comprobad que estáis a solas antes si no queréis que os encierren en un manicomio). Cosas que suenan bien en vuestra cabeza igual no lo hacen en voz alta. El diálogo tiene que ser fluído y "normal", sobre todo cuando el texto está ambientado en la época actual, es decir, que los personajes tienen que hablar como tú, más o menos, sin usar expresiones rimbombantes ni extrañas que te van a sonar raras hasta a ti.
La prueba final es pasárselo a alguien neutro y que no te diga amén a todo (tu madre/hermana/mejor amiga no cuenta). Es importante contar con alguien así, que no se corte a la hora de decirte si tu texto funciona o no y que siempre te haga comentarios constructivos. Si no dispones de alguien así, búscatelo. YA.
 
Nota mental: me encanta escribir diálogos chorras, a ver si mi futuro va a estar ahí!! Por cierto, hora de dejar de tocarse ese fruto de forma irregular y de color verde amarillento... (suspiro trémulo).

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