sábado, 15 de noviembre de 2014

SOBRE... ESA GENTE LLAMADA FAMILIA

Hay familias de todo tipo: gente relativamente maja, pero con miembros que no lo son tanto, como los Bennet de "Orgullo y prejuicio", familias a las que no tocarías ni con un palo, como los Earnshaw, de "Cumbres borrascosas", y luego están los de categoría especial... los Panphile.

Para hablar de este tipo de familia, tengo que sentarme, ponerme las gafas de pasta, echar mano de un manual de psicología, y tomarme un tranquilizante. Y, por supuesto, escribir esto cuando Alain no mira.
Durante mucho tiempo he pensado que Alain no es lo que se puede decir... normal. Frío, estirado, desapasionado, con manías extrañas. A estas alturas todos sabemos que parte de sus "cosas" son debidas a su relación con Alexia (esa mala p.....), pero no todo es debido a esa mala p..... (siento repetirme, pero el sonido suena tan simpático en mi cabeza: mala p.... mala p....). En definitiva, en nuestro viaje a París supe que todo venía de mucho tiempo atrás y que, si Alain es así de... ¿raro pero adorable? es debido a su familia, esa gente llamada los Panphile.
Empecemos por su padre, ese hombre que parece vivir en su mundo y apenas parece enterarse de lo que sucede a su alrededor... ¿o no? Algo me dice que Monsieur Panphile, si ha logrado sobrevivir en esta familia durante tanto tiempo (y al parecer sano), es porque alguna fuerza extraña oculta.
Madame Panphile: fría, intransigente, presidenta del club de fans de Alexia en Francia, presidenta del club de antifans de Arwen Grey y tal vez bruja piruja que hace vudú (yo no descarto nada si implica fastidiarme). No entiendo por qué intento ganármela. ¿Por Alain o porque mis intentos le fastidian todavía más y no puedo evitar meterme en un problema tras otro?
El primo Pascal: esa querubinesca versión rubia de Alain. Es tan adorable que no puede ser real. Vamos, el hecho de ser un Panphile ya hace que sospeche de esa sonrisa encantadora...  Además, es rubio, otro motivo de sospecha. 

Visto en perspectiva, debo convencerme de que Alain, además de estar muy bueno, es el más normal de la familia (con todas sus manías y todo). ¡Y además hace un té maravilloso!

¿A estas alturas nadie se ha dado cuenta de que estamos con la segunda parte de nuestra historia, lo que sería Alain 2?
Próximamente... (juajuajua)

sábado, 8 de noviembre de 2014

SOBRE RETOS Y NUEVAS HISTORIAS


No sé si habéis escuchado hablar en alguna ocasión del Nanowrimo. Se trata de una especie de reto escritoril, según el cual hay que escribir una novela de 50000 palabras en un mes (vienen a ser alrededor de 1600 palabras cada día, escribiendo cada día), en concreto noviembre, de ahí que para muchos este mes sea el mes de la escritura por excelencia. De hecho, es una especie de concurso en USA, creo, en el que hasta diplomas dan (en plan: lo conseguíiiiii, lo conseguíiiiiii).
A lo largo del mundo tropecientas personas se retan a sí mismas o a otros a cumplirlo y sacar adelante ese manuscrito o esa idea que ronda por sus cabezas, con la idea de tener algo de lo que presumir en diciembre, famélicos, con ojeras y una barba hasta los pies (también ellas). Hay webs y páginas de Facebook dedicadas a ello, hay calendarios (como el de arriba), hay material de escritura especial, contadores de palabras... ¡Vamos, que es casi un negocio en sí mismo!
Novelas conocidas y de éxito que han salido del conocido como nano: Agua para elefantes (habrá más, pero es la única que recuerdo ahora mismo).

Bien, reconozco que lo he hecho (varias veces, no siempre en noviembre) y he sobrevivido. Cuando he acabado un ciclo, he empezado otro. Tiene varias cosas buenas:
-Te ayuda a crear una disciplina de trabajo diaria, ya que te reta a hacer como mínimo una cantidad de palabras. Llega un momento en que te parece poco y lo sobrepasas.
-Te obliga a escribir sin mirar atrás. No puedes hacerlo si quieres llegar al final. Ya corregirás al final, que además es lo ideal.
-Te obliga a planificar bien tu trabajo, que además es lo ideal (uy, que me repito).
-Esta foto concreta (tan graciosa) es la que yo uso, porque me pico con ella que no veas. Me digo: si James (ni idea de si se llama así el que la hizo, pero yo le llamo James, que dibuja muy bien, ejem) pudo, yo más (yo siempre máaasssssss).
-Te ayuda a superarte, y eso siempre es bueno, sobre todo si además superas a James (no veas lo que mola ver que un día haces más que él juajuajua).

También tiene cosas malas:
-La obsesión cuando un día no puedes trabajar y te sientes culpable (sobre todo porque James va ganando, ese maldito hijo de...).
-Cuando no tienes tiempo y quieres sacarlo de donde no tienes, sacrificando otras cosas (James no puede ganar, está claro).

No se puede olvidar que es un reto, un juego, una novela, una historia. No es importante, o más bien, hay que darle la importancia justa. Si no se puede, no se puede, y punto. No es bueno obsesionarse. James no existe, ejem...

Nota mental: Alain dice que está bien ponerse retos, pero que no está bien picarse con personas inexistentes con las que no nos une nada más que una tierna enemistad basada en quién lo hace más rápido y mejor... 
James, no es nada personal... en serio... ¡¡Pero voy ganando!!